@frankie_tajin8: Replying to @imagine_if_i_just_quit you think she’ll beat me? 😂 #greenscreen #maisakurajima #anime #weeb #bunnysuit

Frankie Garcia
Frankie Garcia
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Saturday 17 September 2022 04:39:36 GMT
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Comments

jaejae280
jaejae280 :
Gonna be tough to beat for sure 😂😂
2022-09-17 05:15:50
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p0l4rr7
Polar :
screenshots
2022-09-17 04:46:42
367
kiasupreme96
Tik Toker :
you win🏆
2022-09-17 07:18:04
249
pandaramaband
PandaRama :
NO YOU DIDNNNNNNNNNNNNNN'T 😂😂😂😂😂😂
2022-09-18 00:20:59
140
johnathan4945
Jonathan :
Couldn’t last 5 seconds 😩😩😩
2022-09-17 15:57:53
29
tfrstans
Transformers Stan :
omg 😳damn
2022-09-17 04:52:18
26
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“Entonces caí. Caí en que todo los sucedido en mi cuerpo en aquel verano, tan trágicamente apresurado y loco, no habían sido en vano. Había cambiado.  Yo había cambiado totalmente, no solo mi cuerpo, lo hizo mi mente, mi conciencia, mis uñas y mi pelo. Lo hicieron mis ganas, mi prisa y hasta mi forma de mirar o cantar.  Ya no veía a mi familia de la misma manera, lo que antes era un mandato a obedecer o un miedo al rechazo por parte de los miembros de ésta. Hoy eran una oportunidad para rebelarme y una gratitud constante de no sentirme parte, un asco confirmado de saberme un alíen dentro de aquella manada de animalillos temerosos de todo.  Me despojé. Ese desarrollo prematuro me sirvió para dar cabida a mi yo más letal. ¡Qué tranquilidad! Qué saciada de todo me sentí la primera vez que tomé la forma de lo que soy. Un ser que no quiere ni desea un amor en forma de limosnitas, que no se doblegaba al “depende cómo te portes” o al “come como Dios manda”, que entiende que no se enseña a través de los castigos y los golpes.  Me convertí en un ser solitario, aparentemente “una niña muy buena”, pero siempre con una, dos, tres o cuatro pegas que reprocharle. Pero ya no me importaba de la misma manera.  Un día al salir del colegio paramos en el bar, como siempre, a ver cómo mi familia tenía que emborracharse hasta para hacer el almuerzo.  El sonido y el olor de ese sitio eran insoportables para mi. El ruido era ensordecedor y la peste a cerveza y personas te hacía hacían sostener una náusea constante.  Hombres pidiedo más cerveza, en vaso de tubo, escupiendo en el serrín, tosiendo, la musiquita de la tragaperra, los culos de los vasos y los botellines chocando contra la barra de chapa.  Yo ese día no oía nada, miraba cada detalle de aquellos desgraciados, sus uñas largas, sucias y deterioradas, su pelo pegado…  - Oye ¿quieres un fantita? Venga tómate un fanta.  A la tercera de cerveza me ofrecían un fanta para que les aguantase tres o cuatro cervezas más. Yo no me lo tomaba entero. Ese día tampoco, pero me recreé en los detalles de ese mejunje humano que me revolvía las tripas. Entonces lo imaginé. Fue ese día, en ese momento cuando me convertí en 4s3s1n4.”
“Entonces caí. Caí en que todo los sucedido en mi cuerpo en aquel verano, tan trágicamente apresurado y loco, no habían sido en vano. Había cambiado. Yo había cambiado totalmente, no solo mi cuerpo, lo hizo mi mente, mi conciencia, mis uñas y mi pelo. Lo hicieron mis ganas, mi prisa y hasta mi forma de mirar o cantar. Ya no veía a mi familia de la misma manera, lo que antes era un mandato a obedecer o un miedo al rechazo por parte de los miembros de ésta. Hoy eran una oportunidad para rebelarme y una gratitud constante de no sentirme parte, un asco confirmado de saberme un alíen dentro de aquella manada de animalillos temerosos de todo. Me despojé. Ese desarrollo prematuro me sirvió para dar cabida a mi yo más letal. ¡Qué tranquilidad! Qué saciada de todo me sentí la primera vez que tomé la forma de lo que soy. Un ser que no quiere ni desea un amor en forma de limosnitas, que no se doblegaba al “depende cómo te portes” o al “come como Dios manda”, que entiende que no se enseña a través de los castigos y los golpes. Me convertí en un ser solitario, aparentemente “una niña muy buena”, pero siempre con una, dos, tres o cuatro pegas que reprocharle. Pero ya no me importaba de la misma manera. Un día al salir del colegio paramos en el bar, como siempre, a ver cómo mi familia tenía que emborracharse hasta para hacer el almuerzo. El sonido y el olor de ese sitio eran insoportables para mi. El ruido era ensordecedor y la peste a cerveza y personas te hacía hacían sostener una náusea constante. Hombres pidiedo más cerveza, en vaso de tubo, escupiendo en el serrín, tosiendo, la musiquita de la tragaperra, los culos de los vasos y los botellines chocando contra la barra de chapa. Yo ese día no oía nada, miraba cada detalle de aquellos desgraciados, sus uñas largas, sucias y deterioradas, su pelo pegado… - Oye ¿quieres un fantita? Venga tómate un fanta. A la tercera de cerveza me ofrecían un fanta para que les aguantase tres o cuatro cervezas más. Yo no me lo tomaba entero. Ese día tampoco, pero me recreé en los detalles de ese mejunje humano que me revolvía las tripas. Entonces lo imaginé. Fue ese día, en ese momento cuando me convertí en 4s3s1n4.”

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