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Era un día lluvioso, gris y melancólico, como si el propio cielo estuviera llorando la partida de papis. La lluvia caía suavemente sobre la ciudad, creando un ritmo monótono que parecía acompañar el latido del corazón de aquellos que lo conocieron. En ese día sombrío, papis se fue sin haber cumplido su último deseo, un anhelo que lo acompañó hasta el final de sus días.
Con la certeza de que su tiempo se agotaba, su corazón latía con la esperanza de sumergirse en un buen juego de la Play Store, de perderse en mundos virtuales y olvidar por un momento la realidad que lo rodeaba. Pero el destino le negó esa última satisfacción. La lluvia seguía cayendo, implacable, como si estuviera lavando el dolor y la tristeza que papis sentía en sus últimos momentos.
Su partida dejó un vacío en aquellos que lo conocieron, un sentimiento de "qué habría pasado si..." que resonará por siempre. ¿Habría encontrado la paz en los píxeles y la adrenalina de un juego épico? ¿Habría sonreído al superar un nivel difícil o al descubrir un secreto oculto en el juego? Ahora, solo nos quedan preguntas y el recuerdo de un sueño incumplido.
La lluvia continuó cayendo durante horas, como si estuviera limpiando el camino que papis había dejado atrás. Y aunque él ya no esté con nosotros, su legado vivirá en la esperanza de que otros puedan cumplir sus sueños, por pequeños o grandes que sean. La lluvia eventualmente cesó, pero el recuerdo de papis permanecerá, un recordatorio de que, a veces, los deseos más simples son los que más significan.
2025-08-15 03:38:57